El Supremo, los abogados y el desahucio

Es que la interpretación alternativa del derecho en tiempos de crisis no afecta al alto tribunal; sólo a los ministros, y sólo si están en público. El alto tribunal ha decidido: puedes ser desahuciado. Ya no valen excusas ni dilaciones; ya no vale eso de yo soy un pobre parado o decirle al juez que esperas una ayudita de José Luis. Nada: dos retrasos, y si te han demandado antes, a la calle.

El despacho de abogados Affirma interpuso una demanda contra una mujer que se había retrasado dos semanas en el pago de una mensualidad y ante el rechazo del juez de primera instancia los diligentes abogados recurrieron.

Dicen los de Affirma, con evidente sensibilidad por las circunstancias de la señora, que la decisión del Tribunal Supremo "impide que el inquilino decida a su antojo cuándo pagar". Es que los derechos de propiedad son los derechos de propiedad y los del inquilino una patochada; estos de Affirma deben ser de la SGAE también.

Lo cierto es que importa poco quienes son los abogados, aunque con toda seguridad estoy equivocado y realizan una magnífica labor social aquí y acullá, cuanto más acullá mejor para su reputación. Lo que importa es que dos simples meses de retaso, acompañados por la correspondientes demandas te ponen de patitas en la calle. Todo un asunto de justicia social como observarse puede, bien rematada por abogados y altísimo tribunal.

El asunto es comprensible. Si uno debe, por un poner, 4000 millones de euros va a un concurso de acreedores y deja tirado al personal; si uno es banco y debe 4000 millones de euros se lo saca a los ciudadanos y ciudadana, vía gobierno; si uno debe 4000 millones de euros pues va a que lo nacionalice Obama. Pero si uno está parado o parada y deja de pagar seiscientos euros, pues a debajo un puente.

Y no os pongáis ahora pejigueros con la cosa social que os conozco: los derechos son los derechos y los abogados de Affirma y los jueces del tribunal Supremo gentes con notable reputación social, como todo el mundo sabe.

Naturalmente, imaginar que los pequeños deudores que, por no tener, no tienen ni desempleo pudieran encontrar algún tipo de ayuda que no sea pasarse por los albergues municipales es mucho imaginar. Como debe serlo que las instituciones asuman temporalmente los alquileres de las familias sin ningún salario. Lo suyo, lo progresista y social, es cuidar los derechos de la propiedad.

Luego diréis que me cabreo. Es que como está el patio